Baptissia nació como un impulso creativo, pero creció como una elección ética.
Viajar por India me abrió las puertas de talleres silenciosos, manos expertas y oficios con historia.
Ahí entendí el valor de lo hecho con tiempo… y también lo que no quería: producción masiva, ritmos inhumanos, procesos invisibles.
Por eso decidí construir algo distinto:
Una marca que respeta los tiempos del hacer a mano.
Que colabora con quienes preservan técnicas ancestrales.
Que diseña desde un lugar sincero, con el alma abierta.
Hoy, Baptissia es un puente entre mundos:
Une lo natural con lo sofisticado, lo nostálgico con lo actual, lo íntimo con lo colectivo.
Vestirse de Baptissia no es seguir una moda.
Es elegir un ritual. Es vestir convicciones.